¿Te cuesta conciliar el sueño? ¿Te despiertas a cada rato sin motivo? Tal vez tu cuerpo no esté produciendo bien dos hormonas clave para dormir como un bebé: la serotonina (la del bienestar y la calma) y la melatonina (la que te apaga como si tuvieras botón de off). Y aquí viene el dato que no sabías: todo empieza con el triptófano, un aminoácido que puedes encontrar en tu refrigerador sin complicarte la vida.
Este nutriente es la estrella silenciosa de alimentos como el plátano, el pavo, el pollo, los huevos, los yogures naturales, el kéfir, los frutos secos (crudos o tostados, sin sal ni azúcar), la leche, el queso y hasta las frutas del bosque. Según explica el experto en salud Alejandro Cánovas, del hotel Royal Hideaway Sancti Petri, “introducir estos alimentos en la rutina de la tarde-noche ayuda a preparar al cuerpo para dormir mejor”.
Pero ojo: el triptófano no trabaja solo. Para convertirse en serotonina y luego en melatonina, necesita de los carbohidratos. Así que nada de satanizar los hidratos: si se comen con cabeza, pueden ser grandes aliados del descanso. ¿Los recomendados? Arroz, avena, legumbres o pasta integral.
La nutricionista Silvia Morillo añade que “los carbohidratos complejos presentes en los cereales integrales también pueden mejorar el descanso nocturno, aunque depende del cuerpo, la actividad física y lo que uno coma en el día”.