Ya no come lo mismo, ni le sabe igual, ni el cuerpo le responde igual…
Si usted ya entró en los años dorados, no crea que puede seguir comiendo como si tuviera 25. ¡Error de principiantes! La alimentación en las personas mayores es un tema serio, pero también tiene su picante.
Aunque tenga espíritu fiestero, su cuerpo está en otra sintonía. Sí, necesita menos calorías… pero más nutrientes. Y si no lo sabe llevar, se le va la fuerza, la memoria, el ánimo y hasta el equilibrio.
¿Qué es buena nutrición en la tercera edad?
Comer bien no es llenarse de arroz con salchicha. Buena nutrición es darle al cuerpo lo que necesita: proteínas, carbohidratos, grasas buenas, vitaminas, minerales y agua. Todo eso en cantidades sabias y balanceadas. Y sí, mientras más años, más importante se vuelve el menú.
Una dieta balanceada puede ayudar a:
Controlar el peso
Prevenir enfermedades como la osteoporosis, hipertensión, diabetes tipo 2 y hasta algunos tipos de cáncer
Sentirse con más energía
Cosas que le complican comer bien
Cuando uno envejece, no es solo el cuerpo el que cambia. También cambian las ganas, la rutina, los ingresos, el sabor de la comida y hasta los dientes. Algunos obstáculos frecuentes:
Comer solo (y aburrido)
Medicamentos que le apagan el hambre o le cambian el sabor de todo
Falta de dinero para comprar comida buena
Dificultades para masticar o tragar
Olfato y gusto apagados (sí, ya no le sabe igual ni el sancocho)
Consejos para comer sabroso y saludable
Para que la edad no lo coja mal parado, apúntese esto:
Coma más:
Frutas y vegetales de colores intensos
Granos enteros como avena y arroz integral
Lácteos bajos en grasa o alternativas como leche de soya con calcio
Pescado, pollo, huevos, frijoles y semillas
Evite más:
Papitas, bollería, soda, dulces y comida rápida
Grasas saturadas (como la de las carnes gordas)
Grasas trans (esas que vienen disfrazadas en productos de tienda)
No olvide:
Tomar suficiente agua, aunque no tenga sed
Hacer algo de ejercicio para abrir el apetito
Buscar compañía para comer (¡comer solo deprime hasta el estómago!)
¿Problemas para alimentarse? Trucos que salvan
Si comer le da pereza: ¡haga el menú colorido y sabroso! El ojo también come.
¿Dificultad para masticar? Visite al dentista.
¿Tragar le cuesta? Coma con líquidos o busque ayuda médica.
¿No tiene ganas? Pique algo saludable entre comidas.
¿No puede cocinar? Pida ayuda, acuda a un centro comunitario o hable con su doctor sobre alternativas.
En resumen:
A los 20 come por hambre. A los 60, por salud. No es dejar de comer, es comer con cabeza. Su cuerpo se lo va a agradecer… y su familia también.