El sonido de tamboritos mezclados con cantos de misa marcó el inicio de la eucaristía en memoria de Esteban De León, un joven de 25 años cuya muerte ha sacudido a Panamá y encendido un llamado urgente contra la violencia.
En medio del templo, su madre, Yesenia Osorio, tomó la palabra. Con lágrimas y fuerza, pidió que aquel momento no fuera de tristeza, sino de amor. Al final, cargó la urna con las cenizas de su hijo y la levantó frente a todos:
“Aquí está mi hijo, el más grande de mi mundo. Solo pido justicia. Mi hijo no pidió morir. Quiero que lo recuerden alegre, porque así era él.”

El gesto estremeció a todos los presentes, pero también trajo a la memoria una historia que pocos conocían: Esteban ya había perdido a un hermano por parte de su papá. Cuando era apenas un niño, participó en el programa Canta Conmigo, y en su aparición televisiva dejó una frase que hoy retumba con más fuerza que nunca: “No a la violencia.”
En aquel entonces nadie sabía el motivo de esas palabras. Hoy, se entiende que hablaba desde el dolor.
Un hallazgo que heló a Panamá Este
El 5 de noviembre, las autoridades hallaron el cuerpo de Esteban detrás de una iglesia católica en el sector 3 de Las Paredes, en el corregimiento de 24 de Diciembre.
Estaba envuelto en plástico y sábanas, en avanzado estado de descomposición, a pocos metros de donde había dejado su carro.
El vehículo, un Ford gris oscuro con placa EO3025, fue encontrado incendiado en Malengue, Pacora. La identificación se logró gracias al número de chasis.
Días antes del hallazgo, su madre había suplicado ayuda:
“Le pido a las autoridades, por favor, que me ayuden. Ya no aguanto más.”
Aunque la familia sospecha de una muerte violenta, Yesenia contó a Telemetro Reporta que los peritos no encontraron heridas ni balas, y que esperaban estudios forenses para confirmar si su hijo pudo haber muerto de un infarto tras un posible susto.

Tres cuerpos en 72 horas
La muerte de Esteban se suma a otros dos hallazgos recientes en Panamá Este, todos con patrones similares.
En Cabra de Pacora, fue encontrado el cuerpo de Marichall Rodríguez, de 27 años, detrás de la iglesia Medalla Milagrosa. Y en Don Bosco, otro hombre apareció envuelto en plástico negro junto al complejo deportivo Roberto Kelly.
Tres cuerpos, dos iglesias y una escuela. Tres escenas que reflejan el miedo que ronda entre la fe y la rutina.
Las cifras lo confirman: en lo que va del 2025, más de 470 homicidios se han registrado en el país, la mayoría en la capital.
Esteban de León soñaba con un Panamá sin violencia. Hoy, su voz apagada se convierte en un símbolo que vuelve a gritar lo mismo que dijo de niño:
“No a la violencia.”

