La noche del miércoles 2 de octubre de 2024, a eso de las 9:00 p.m., el cuerpo sin vida de Angie Nadiuska Lara Atencio, enfermera de 33 años, fue llevado por su pareja al hospital Rafael Estévez en Aguadulce.
Constantino Mozaquites Solís, de 36 años, técnico de enfermería y compañero de labores de la víctima, aseguró en ese momento que la había encontrado colgada en su residencia en El Cristo de Aguadulce, sugiriendo que se trataba de un suicidio.
Sin embargo, las primeras pericias forenses indicaron lo contrario: la necropsia determinó que Angie murió por estrangulamiento.
Además, el informe recogió la existencia de un golpe en la cabeza y huellas en su piel que apuntaban a un forcejeo previo. Estos hallazgos motivaron a las autoridades a abrir una investigación por posible feminicidio y a detener a Mozaquites, quien permanece en prisión preventiva desde entonces.

La versión de la fiscalía
El fiscal superior de Homicidio y Femicidio, Jorge Vega, expuso durante una audiencia que la necropsia preliminar reflejaba lesiones compatibles con violencia, incluyendo signos de defensa y un fuerte impacto en la cabeza. Bajo estos elementos, el Ministerio Público solicitó y obtuvo la detención provisional del principal sospechoso, que era también su pareja sentimental.
Los puntos de defensa del detenido
Desde prisión, Constantino Mozaquites ha hecho llegar un escrito en exclusiva a Mi Diario en el que rechaza la imputación en su contra y plantea varias incongruencias que, según él, deben ser tomadas en cuenta:
Golpe en la cabeza: sostiene que en el protocolo de necropsia preliminar no aparece registrado un golpe contundente, pese a que el fiscal lo mencionó con énfasis en audiencia. Afirma que este dato apareció después, lo que considera una contradicción.
Ausencia de lesiones en su cuerpo: asegura que los exámenes practicados por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMELF) no reflejaron arañazos, rasguños ni laceraciones en su piel, lo que a su juicio contradice la hipótesis de un forcejeo.
Muestras de tejido bajo las uñas de la víctima: indica que en el estudio se detectó tejido epitelial femenino que nunca fue cotejado con la sangre de Angie, lo que, según él, podría aportar información clave.
Restos de semen: reconoce que se halló semen suyo en la cavidad vaginal de la víctima, pero subraya que esto se debía a que convivían como pareja. Resalta que dichos restos no mostraban signos de violencia sexual.
Entrega parcial de pruebas: denuncia que su defensa tuvo que solicitar audiencias especiales para obtener los resultados de las pericias, pues inicialmente la fiscalía los habría negado. Asegura que aún faltan pruebas por entregar.
Vínculo laboral en el IMELF: cuestiona que la madre de la víctima trabajara en el Instituto de Medicina Legal de Santiago, lo que, a su juicio, afecta la igualdad de las partes en el proceso.
Además, Mozaquites incluyó un mensaje donde expresa su sentir:
“Hasta la fecha de hoy llevo 10 meses detenido, y aun que ya culminó la fase de investigación se me han negado mis derechos para un cambio de medida, toda vez que obviamente los riesgos procesales han disminuido a la fecha. He recibido un trato injusto y alejado de mis derechos como ciudadano. Esta investigación, de la cual he sido objeto de manera injusta, ha deteriorado mi vida, la de mi hija y familiares, tanto como mi economía. Y la pregunta que me hago es: ¿Quién me responderá por los daños ocasionados por un pésimo manejo por parte de la fiscalía? Me causa tristeza e impotencia que miles de panameños inocentes estemos en manos de personas que no hacen bien su trabajo con mucha negligencia y carencia de sentido común y desconocimiento del derecho.”
Una familia en busca de justicia
Mientras tanto, los familiares de Angie, madre de un niño de 8 años, han reiterado su clamor de justicia. Sus compañeros en el hospital la recuerdan como una profesional dedicada y generosa, cuya vida terminó de manera abrupta y dolorosa. La comunidad de Santiago de Veraguas, donde fue sepultada, aún guarda luto y exige que el caso se aclare con transparencia.
El proceso judicial continúa en fase intermedia, y será en juicio oral donde se confronten las pruebas de la fiscalía con los cuestionamientos planteados por la defensa del acusado. La última palabra quedará en manos del tribunal.
