Lo que empezó como una noche de diversión en un lujoso resort de la costa pacífica panameña terminó en una tragedia que enluta a una familia extranjera.
La tarde del viernes, un hombre extranjero, de 32 años, llegó a un complejo hotelero ubicado en el sector de Farallón, corregimiento de Río Hato, en la provincia de Coclé, para disfrutar de unos días de descanso junto a amigos.
Según versiones extraoficiales, el grupo pasó la noche compartiendo, ingiriendo bebidas alcohólicas y disfrutando de las instalaciones del resort, incluyendo las piscinas.
Sin embargo, durante la madrugada, el ambiente festivo cambió de rumbo. Por razones que aún se investigan, el hombre decidió ir solo hasta la playa y lanzarse al mar.
A esa hora no había presencia de salvavidas en el área y, de acuerdo con testigos, la oscuridad y las corrientes dificultaron cualquier intento de rescate. El hombre no volvió a salir a la orilla.
Al amanecer del sábado, amigos del visitante reportaron su desaparición a las autoridades.
De inmediato, unidades del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) de Coclé, junto con personal de la Policía Nacional, iniciaron un operativo de búsqueda en mar y tierra. La intensa labor se extendió durante varias horas.
Fue despúes del mediodía cuando un equipo de rescate del SINAPROC localizó el cuerpo sin signos vitales en la costa.
El hallazgo se produjo en la misma playa donde fue visto por última vez.
Personal del Ministerio Público se presentó al lugar para realizar el levantamiento del cadáver y dar inicio a las investigaciones que determinarán las circunstancias exactas de la muerte.
Este rescate suma a una estadística preocupante: hasta julio de 2025, en Panamá se han registrado 53 muertes por inmersión, muchas de ellas en playas turísticas y en contextos de consumo de alcohol.
El llamado de las autoridades es claro: extremar las medidas de precaución en zonas de baño, evitar ingresar al mar bajo los efectos del alcohol y respetar las advertencias sobre corrientes peligrosas. La combinación de noche, alcohol y oleaje ha cobrado una vida más en las costas panameñas.
En Farallón, la arena que horas antes era testigo de risas y música ahora guarda silencio, mientras familiares y amigos del turista enfrentan el dolor de una pérdida inesperada.