El gobierno rechazó las interrupciones, denunció la falta de disposición al diálogo de algunos gremios y defendió que el memorándum con EE.UU. no compromete la soberanía panameña.
El mensaje fue claro, directo y con la mecha corta.
El presidente José Raúl Mulino no se guardó nada durante la conferencia de prensa de este lunes. En medio de un ambiente tenso por los cierres de calles y huelgas en el país, el mandatario habló sin rodeos a los gremios que mantienen las protestas.
“Entiendo que algunos se ofendieron y lo lamento. Yo no soy perfecto”, soltó Mulino en un tono de autocrítica. Aseguró que si sus palabras cayeron mal, pedía disculpas, pero dejó claro que no detendrá su ruta: “Así como avanza el tren, yo también sigo adelante, todos los días”, dijo en referencia a las obras que impulsa, como la Línea 3 del Metro y el cuarto puente.
En un discurso donde mezcló humildad con firmeza, el presidente subrayó que ha sido blanco de “insultos, difamaciones e injurias”, pero eligió perdonar y seguir. “No soy mala gente, hombre”, remató, esperando que quienes se sintieron ofendidos tampoco guarden rencor.
El 85% dice no a los cierres
El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, se sumó al mensaje. Dijo que según encuestas recientes, el 85% de los panameños rechaza los cierres de vías. Aunque reconoció que hay protestas pacíficas, dejó claro que cuando se interrumpen las calles, la fuerza pública actúa para garantizar el libre tránsito.
“El 75% de las escuelas están trabajando normalmente”, aseguró, aunque reconoció que en Bocas del Toro y Veraguas la situación es más complicada por las huelgas.
Los que no quieren dialogar
Por su parte, el ministro de la Presidencia, Juan Carlos Orillac, acusó a ciertos dirigentes de no querer sentarse a dialogar. “El presidente los invitó, pero fue rechazado. No quieren hablar con seriedad”, lamentó. Dijo que el gobierno mantiene las puertas abiertas para un diálogo real, no para shows en redes sociales.
“No se entrega la soberanía”
El canciller Javier Martínez Acha, en tanto, salió al paso de las críticas sobre el memorándum firmado con Estados Unidos. Aseguró que no afecta la soberanía del país ni implica cesión de territorio. Panamá, dijo, mantiene el control total sobre las áreas autorizadas y puede terminar el acuerdo cuando quiera.
“Desde 1990 se han firmado 23 acuerdos similares y ninguno ha comprometido la soberanía”, subrayó el canciller, quien advirtió que el país debe ser prudente ante un escenario internacional complejo.
El mensaje final fue contundente:
El gobierno está dispuesto a conversar, pero exige seriedad y rechaza las medidas que afectan a la mayoría de los panameños.