En entrevista exclusiva, la alcaldesa Irma Hernández reveló que el Metro Cable, esa obra que por años parecía un sueño lejano, ya toma forma y promete convertirse en un símbolo de transformación urbana, económica y turística.
“Viene el Metro Cable para el distrito de San Miguelito, eso va a convertirlo en un distrito más bonito”, soltó con entusiasmo Hernández, dejando claro que este proyecto es mucho más que un sistema de transporte.
Desde su despacho, la alcaldesa compartió que el proyecto está liderado por el Metro de Panamá y el Gobierno Central, pero que desde el gobierno local han estado al frente de las consultas ciudadanas, los recorridos por los barrios y el levantamiento de información técnica. “Queremos ser la voz de la comunidad en el desarrollo del proyecto más grande que posiblemente vea San Miguelito en este quinquenio”, aseguró.
Pero Hernández fue más allá. Comparó lo que se viene para San Miguelito con lo que significan las comunas de Medellín o las favelas de Brasil: zonas que antes eran marginadas, y hoy se han convertido en atractivos turísticos y motores de desarrollo.
“Todo el mundo va, todo el mundo quiere subir, todo el mundo quiere disfrutarlas. Así también va a ser San Miguelito con el nuevo teleférico”, dijo con convicción.
Obras olvidadas que reviven
Más allá del Metro Cable, la alcaldesa también adelantó que su gestión está rescatando proyectos estancados por años. Uno de ellos: la vía de Circunvalación de Paraíso, que conecta puntos clave como el Consejo Municipal, el Cristo Redentor, la policlínica Manuel Barriado Valdez y varios multifamiliares.
“Es un proyecto que viene de dos gestiones anteriores y no se ha podido terminar. Se robaron material, las aceras quedaron incompletas… pero ya estamos ejecutando la fianza y una nueva empresa está retomando los trabajos”, reveló.
El objetivo es claro: transformar esta vía en un espacio amplio, caminable, reforestado y digno de ser la primera buena impresión del distrito.
Sobre la calle y el clamor del pueblo
Hernández no esquivó los temas calientes. Al preguntársele por las protestas recientes y la suspensión de clases, respondió con la experiencia de alguien que viene de las bases comunitarias.
“Mis liderazgos vienen de las comunidades, de las protestas estudiantiles, de los movimientos de calle… creo en el derecho a manifestarse”, afirmó.
Eso sí, reconoció que hoy, desde su posición como figura política, también entiende los efectos que las movilizaciones pueden tener: atrasos, impacto en la economía local y en la recaudación del distrito.Aun así, fue clara:
“El poder aquí es del pueblo, y si el pueblo se manifiesta, hay que tener la paciencia para escucharlo, entenderlo y buscar consensos”.
Finalmente, lanzó una indirecta con destino directo a la administración central:
“Espero que el gobierno pueda lograr puntos en común, sobre todo con temas tan delicados como las reformas a la Caja del Seguro Social, que tienen a gran parte de la población inconforme”.