Panamá amaneció con rabia e impotencia. El asesinato de una joven de 19 años en Aguadulce ha generado una ola de reacciones de figuras públicas y defensores de derechos humanos que coinciden en un clamor: ya basta de impunidad y de culpar a las víctimas.
La abogada Suky Yard, conocida por su firme postura en casos de violencia contra la mujer, rompió el silencio con un mensaje directo y sin rodeos.
“La culpa de que a las mujeres las asesinen siempre será de las mujeres... así es como nos hacen sentir, y eso tiene que parar”, expresó con indignación, recordando que la víctima de Aguadulce, al igual que muchas otras, ya había terminado su relación con el agresor y aun así fue atacada.
Yard denunció la ausencia de políticas públicas efectivas y la falta de protección real para mujeres en riesgo, señalando que los casos de abuso, desaparición y asesinatos se repiten sin una respuesta contundente del Estado.
“Ya basta de responsabilizar a las mujeres. No es su culpa. Es tiempo de que las autoridades tomen decisiones firmes y protejan la vida y la integridad de las mujeres panameñas”, añadió, haciendo un llamado a la acción y no a la indiferencia.

El político y abogado Ricardo Lombana también reaccionó con fuerza, subrayando que los femicidios no pueden seguir siendo simples cifras.
“No podemos seguir normalizando este horror. La impunidad corre más rápido que la justicia. Necesitamos prevención eficaz, brazaletes con seguimiento, líneas de ayuda 24/7 y un Estado comprometido con proteger la vida de las mujeres”, dijo.
Lombana criticó la ineficacia de las medidas de protección y exigió que se implementen acciones concretas y tecnológicas para evitar más tragedias.
“Las medidas de alejamiento no están funcionando. No hay seguimiento ni justicia rápida. Este país necesita voluntad para salvar vidas”, concluyó.

La tragedia ocurrió este domingo 12 de octubre en el parque 19 de Octubre de Pocrí, Aguadulce, donde una joven fue apuñalada más de 15 veces por su expareja sentimental tras ser citada para “conversar”.Los gritos de la víctima estremecieron a los testigos y a los feligreses que salían de la iglesia Virgen del Carmen, ubicada frente al parque. Aunque fue llevada al Hospital Dr. Rafael Estévez, murió minutos después por la gravedad de las heridas.
El agresor, que tenía orden de alejamiento vigente, fue capturado por la Policía Nacional y puesto a disposición del Ministerio Público, que investiga el caso como presunto femicidio.
El país entero exige justicia. La violencia contra las mujeres sigue dejando huellas imborrables, y los panameños —desde las calles hasta las instituciones— claman lo mismo: ni una más.