La Universidad de Panamá está a punto de entregar el nuevo Centro Regional Universitario de San Miguelito (CRUSAM), una obra que promete cambiar la vida de miles de estudiantes de San Miguelito, Panamá Norte y Panamá Este. El moderno campus, con 12 edificios, laboratorios, canchas deportivas y espacios de estudio, tiene un avance físico del 95.6%, pero su inauguración se ha visto frenada por auditorías, pagos pendientes y revisiones de contratos.
El proyecto, valorado en 69 millones de dólares, fue adjudicado en 2019 al Consorcio HCG, tras un proceso de licitación pública que, según la Universidad, cumplió con todas las reglas y fue supervisado por la Contraloría General de la República. La UP insiste en que cada pago se ha hecho solo después de verificar los trabajos y que, hasta ahora, solo se ha desembolsado el 82% del monto total.
Sin embargo, la entrega del campus se ha complicado por varios motivos. Primero, la Contraloría realiza auditorías y revisiones a fondo, lo que ha retrasado la aprobación de algunos pagos y una adenda de 3.5 millones de dólares para una planta de tratamiento de aguas, necesaria porque el diseño original no pudo conectarse al sistema de saneamiento previsto. Además, el consorcio constructor reclama una compensación de 28 millones de dólares por los retrasos causados por la pandemia y la inflación, aunque la UP logró negociar una reducción a 15.6 millones. Por ahora, ese dinero no se ha pagado y la universidad pidió a la nueva administración de la Contraloría que revise el proceso antes de cualquier desembolso.
Mientras tanto, los estudiantes siguen esperando. El actual centro funciona en condiciones precarias, con salones improvisados y problemas de espacio, por lo que la comunidad universitaria urge la pronta entrega del nuevo campus. La Universidad de Panamá recalca que su única responsabilidad es garantizar el uso correcto de los fondos públicos y que la empresa constructora debe responder por el destino del dinero recibido, bajo la vigilancia de las autoridades estatales.
La UP asegura que seguirá trabajando con transparencia y responsabilidad para que la obra cumpla su objetivo: ofrecer educación de calidad y mejores oportunidades a la juventud panameña.