Durante un patrullaje rutinario, guardaparques del Parque Nacional Volcán Barú (PNVB) sorprendieron este jueves a un tractor y una retroexcavadora realizando labores de arado, remoción de rocas y movimiento de suelo dentro de una zona claramente identificada como área protegida, lo que derivó en daños visibles a la cobertura vegetal y al paisaje natural de aproximadamente cuatro hectáreas.
La intervención fue considerada de alto impacto, no solo por el tamaño del terreno alterado, sino por la fragilidad ecológica del sitio, que forma parte del corazón del parque, hábitat de especies endémicas y corredor biológico clave para la región.

Al detectar la actividad, el jefe del PNVB, Joseph Bonilla, junto a unidades de la Policía Ambiental, ordenó de inmediato el retiro de la maquinaria del área y se procedió con la presentación de una denuncia penal ante la Fiscalía Subregional del Ministerio Público en Bugaba, por la presunta comisión de delitos contra el ambiente y el ordenamiento territorial.
Entre los daños documentados por el personal técnico y los guardaparques se encuentran la remoción masiva de suelo y vegetación, la disposición inadecuada de piedras, el uso de maquinaria pesada sin autorización y alteraciones sustanciales al ecosistema, que podrían tener efectos irreversibles sobre la biodiversidad del área.
Estas acciones violan de manera directa lo establecido en el Decreto Nº 40 de 1976, normativa que declara al Volcán Barú como Parque Nacional y establece que se prohíbe estrictamente cualquier tipo de ocupación, tala, quema, pastoreo o desarrollo no autorizado dentro de sus límites.
El Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) calificó el hecho como grave y adelantó que se encuentra realizando las investigaciones necesarias para determinar la identidad de los responsables, y promover la aplicación de las sanciones más severas contempladas en la legislación ambiental vigente, con el fin de sentar un precedente claro frente a este tipo de delitos.
MiAMBIENTE reiteró que las áreas protegidas son patrimonio natural del país y su alteración representa una amenaza directa a los ecosistemas, al equilibrio ambiental y al derecho de las futuras generaciones a disfrutar de estos espacios únicos.