Panamá amaneció este domingo con movimiento en los cielos. Una imponente aeronave modelo C-130 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos aterrizó en la base aérea Teniente Octavio Rodríguez Garrido, en Panamá Pacífico, cargada con equipos y pertrechos que marcarán el inicio de un intenso plan de entrenamientos junto a la Fuerza Pública panameña.
El cargamento no era cualquier cosa: se trata de herramientas y material especializado para un programa que reunirá a miembros del Servicio Nacional Aeronaval, la Policía Nacional, el Servicio Nacional de Fronteras y un grupo de infantes de marina estadounidenses.
El objetivo, según las autoridades, es claro: reforzar las capacidades técnicas y tácticas de quienes protegen el país, con especial enfoque en la defensa del Canal de Panamá y en el combate a amenazas nacionales y transnacionales.
El subcomisionado Mayco Palacios, Director Nacional de Operaciones Aeronavales, adelantó que la estrella del programa será un exigente entrenamiento de supervivencia en selva, a desarrollarse en la Base Aeronaval Almirante Cristóbal Colón, en la provincia de Colón.
Allí, instructores y alumnos de ambos países pondrán a prueba resistencia física, habilidades tácticas y destrezas para moverse en entornos hostiles.El plan de estudios no se improvisó.
Fue diseñado en conjunto con el Jungle Operations Training Center del Ejército de los Estados Unidos, perteneciente a la 25ª División de Infantería, famoso por entrenar a soldados en entornos selváticos extremos.
Pero eso no es todo. Entre el 13 y el 23 de agosto, tres helicópteros de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo aterrizarán en Panamá para unirse a las maniobras, en lo que se prevé sea una operación conjunta de alto nivel, siempre —según recalcaron las autoridades— con respeto a la soberanía nacional.
En números, el entrenamiento contará con la participación de 44 infantes de marina estadounidenses y 40 unidades de los estamentos de seguridad pública de Panamá.
“Con estas acciones, junto con los ejercicios PANAMAX, estamos fortaleciendo nuestras capacidades operacionales para la protección del Canal de Panamá y la seguridad del país”, resaltó Palacios.
El Servicio Nacional Aeronaval dejó claro que la cooperación internacional es clave para elevar el nivel de preparación y respuesta de la Fuerza Pública.
El mensaje es contundente: el país se prepara para cualquier reto, cuidando sus intereses estratégicos y reforzando su posición como guardián de una de las rutas marítimas más importantes del mundo.








