El escándalo de las “botellas” en la Asamblea Nacional de Panamá sigue creciendo. El contralor general, Anel “Bolo” Flores, ha denunciado la existencia de una “cofradía de gánsteres” que cobra salarios sin trabajar, incluyendo clanes familiares y exdiputados que figuran como asesores sin justificar su labor. En respuesta, el productor Ubaldo Davis ha exigido públicamente que se revelen los nombres de los responsables y se les procese legalmente.

Flores implementó el pago de salarios mediante cheques en lugar de transferencias electrónicas para verificar la presencia real de los empleados. Durante esta medida, se identificaron personas que no habían sido vistas en la Asamblea durante años, pero que seguían recibiendo pagos. Además, se detectaron planillas con montos de hasta $300,000 mensuales, muy por encima del promedio de $20,000, lo que ha generado indignación en la ciudadanía.
Davis, a través de sus redes sociales, cuestionó la falta de transparencia y pidió que se expongan a los responsables: “¿Por qué no dice los nombres de los maleantes que devengan 300.000 dólares al mes en planilla? Lo normal en la planilla de un diputado son 20.000 dólares, ¿Pero 300mil mensuales? Eso es una locura”. También propuso que se adopte el sistema de pago por cheque, como lo hizo el alcalde Mayer Mizrachi, para identificar a los verdaderos empleados.
El contralor Flores ha anunciado que se instalarán relojes biométricos en la Asamblea para controlar la asistencia y que se presentarán denuncias ante el Ministerio Público contra los responsables de estas irregularidades. La presidenta de la Asamblea, Dana Castañeda, ha sido señalada por no colaborar con las auditorías y por nombrar a 721 funcionarios adicionales sin justificación.