Mañana, la Iglesia Católica dará inicio a uno de los momentos más trascendentales de su historia: el Cónclave, el rito solemne y reservado mediante el cual se elegirá al sucesor de Francisco y se definirá el rumbo de la Iglesia en los próximos años.
Pero, ¿qué sucede antes y durante este evento cargado de simbolismo, tradición y reglas estrictas? Te explicamos cómo es el proceso y las medidas adoptadas para garantizar su legitimidad.
La #CapillaSixtina ya está preparada para el #conclave2025 https://t.co/EuMPpjChy2
— Vatican News (@vaticannews_es) May 6, 2025
La Capilla Sixtina y la Casa Santa Marta: en el corazón de la elección
Los preparativos comienzan en dos lugares clave del Vaticano: la Capilla Sixtina y la Casa Santa Marta.
Desde el pasado 28 de abril, la Capilla Sixtina fue cerrada al público para iniciar su acondicionamiento. Este majestuoso espacio, célebre por los frescos de Miguel Ángel, se transforma en el escenario donde los cardenales electores votarán en completo aislamiento. Allí, se instalan mesas, sillas y el altar, así como la famosa estufa que emitirá el humo negro o blanco, indicando al mundo si se ha elegido al nuevo pontífice.
Mientras tanto, los cardenales que participan en la elección se alojan en la Casa Santa Marta, la residencia vaticana situada a pocos metros de la Capilla. Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, durante este período se aumenta la seguridad: se retiran teléfonos, televisores, radios e incluso se realizan inspecciones periódicas para garantizar que no haya dispositivos de escucha o grabación ocultos.
Para el personal de apoyo autorizado, donde están incluidos médicos, asistentes y trabajadores del servicio, se instalaron detectores de metales en los accesos al convento, con el objetivo de preservar la confidencialidad absoluta del proceso.
Cardenales electores: deliberación y perfil del nuevo Papa
El grupo de cardenales con derecho a voto, es decir, aquellos menores de 80 años, ha celebrado en los días previos al Cónclave las llamadas Congregaciones Generales. En estas reuniones, donde también pueden participar los cardenales mayores de 80 años sin derecho a votar, se aborda el estado actual de la Iglesia, sus desafíos, la relación con otras religiones y cuestiones internas.
Estos encuentros son esenciales para perfilar qué tipo de Papa necesita la Iglesia en este momento de su historia. No se trata de campañas ni postulaciones abiertas, sino de un discernimiento colectivo que, bajo el silencio y la oración, orienta la decisión que se tomará en la Capilla Sixtina.
Aproximadamente 170 #cardenales estuvieron presentes en la XI Congregación General, celebrada esta tarde y esperan que el nuevo #Papa tenga una perspectiva de diálogo y de construcción de relaciones con diferentes mundos religiosos y culturales.https://t.co/Z2rwCR43KF
— Vatican News (@vaticannews_es) May 5, 2025
Una vez iniciado el Cónclave, los cardenales quedarán incomunicados del mundo exterior hasta que logren un consenso. Cada jornada incluirá dos votaciones por la mañana y dos votaciones por la tarde, y solo quien alcance una mayoría de dos tercios será proclamado Papa.
Silencio, tradición y esperanza
El proceso del Cónclave es riguroso y profundamente simbólico. Más allá de la elección de un nuevo líder religioso, representa la continuidad de una institución milenaria que sigue apelando a la discreción y al consenso como pilares en la toma de sus decisiones más importantes.
Cuando el humo blanco se eleve sobre el cielo de Roma, el mundo sabrá que la espera ha terminado: habrá un nuevo Papa para guiar a la Iglesia en el complejo escenario global actual.