El fenómeno digital tiene nuevo nombre y apellido: Suraj Chavan, un joven creador de contenido nacido en la aldea de Modhave, en Baramati, que hoy es reconocido a nivel mundial como “el Brad Pitt de la India”. El apodo no surgió de una campaña de mercadeo ni de un título oficial, sino del fervor de miles de seguidoras que lo han catalogado como el hombre más hermoso de su país, un calificativo que lo ha impulsado a la fama global.
Chavan, quien saltó a la popularidad haciendo videos en marathi, una de las lenguas más habladas del país, suele ser recibido por multitudes que lo veneran como si fuera una estrella de Bollywood. Sus peinados, su carisma, sus atuendos llamativos y, sobre todo, su conexión genuina con el público lo han convertido en un ícono de la cultura digital.
Pero detrás del brillo de los reflectores hay una historia de enorme resiliencia. Suraj quedó huérfano desde muy pequeño y asumió la responsabilidad de cuidar a sus cinco hermanas, una carga que lo obligó a madurar rápidamente. En medio de la adversidad, encontró en las redes sociales un refugio para mantener viva la alegría. Un día tomó un celular, grabó un video humorístico y, sin saberlo, encendió el camino hacia una nueva vida.
Con el tiempo, su talento lo llevó más lejos: Chavan ha actuado en varias películas marathi y se coronó ganador de la quinta temporada del reality ‘Bigg Boss Marathi’, consolidándose como una verdadera figura del entretenimiento.
Su fenómeno se extiende más allá de la actuación. También es cantante, y donde se presenta, las mujeres hacen filas para tomarse una foto con él. Sus frases icónicas —como “Goligath” y “Bukkit Tengul”— se han vuelto parte del léxico de sus seguidores, mientras que algunos usuarios lo han bautizado incluso como “el Justin Bieber de la India”, reflejo de su enorme arrastre entre los jóvenes.
Aunque no existe ningún reconocimiento oficial que lo declare como el hombre más guapo del país, su fama se ha construido desde la percepción colectiva en redes sociales, donde millones celebran su estilo fresco y su presencia magnética. “Yo también creo que soy guapo, solo que estoy en el país equivocado”, bromeó un usuario que reaccionó al fenómeno.



