La basílica de Santa María la Mayor en Roma se ha convertido este domingo en uno de los epicentros de la devoción en la capital italiana. Más de 30 mil personas se han acercado desde primera hora de la mañana hasta el cierre del templo para visitar la tumba del papa Francisco, abierta al público por primera vez tras su sepultura en una ceremonia privada el sábado.
Desde antes del amanecer, la expectación era palpable. Según informa la agencia EFE, alrededor de 200 personas aguardaban en fila una hora antes de que las puertas se abrieran a las 7:00 horas. A lo largo de la jornada, algunos fieles y turistas llegaron a esperar hasta dos horas para poder acceder al interior.
La tumba de Francisco, ubicada a nivel del suelo junto a la capilla de la Virgen de la Salus Populi Romani, se presenta de forma sencilla y sobria: un mármol blanco proveniente de la región de Liguria —tierra de los antepasados italianos del pontífice—, con una única inscripción en latín: Franciscus. Sobre la pared, una reproducción ampliada de su cruz pectoral en plata, representando al Buen Pastor, acompaña el lugar de reposo del papa.
El templo también recibió la visita de más de 110 cardenales, quienes participaron en la liturgia de las segundas vísperas, una ceremonia oficiada por el cardenal lituano Rolandas Makrickas, arcipreste coadjutor de la basílica. En sus palabras, recordó que Francisco eligió en 2022 a Santa María la Mayor como su lugar de sepultura, inspirado por su profunda devoción a la Virgen María.
Antes de la celebración litúrgica, los cardenales rezaron en la capilla que custodia la imagen de la Salus Populi Romani, ante la que el papa Francisco solía orar antes y después de sus viajes apostólicos.
La jornada de hoy ha dejado imágenes de emoción, oración y respeto, en un templo que se ha convertido, ahora más que nunca, en un símbolo del amor y la cercanía que Francisco inspiró durante su pontificado.