Sexo, dólares y ambición: el origen del imperio
A fines de los años ‘70, el indio Somen Banerjee llegó a California con el sueño de hacerse rico. Tras varios fracasos en negocios nocturnos, una idea inesperada cambió todo: un show de strippers masculinos exclusivo para mujeres. Así nació Chippendales, el primer club de su tipo en Estados Unidos.
La propuesta rompió con los tabúes de la época y fue un éxito inmediato. El primer día, más de 600 mujeres hicieron fila para entrar. Cuerpos aceitados, moñitos en el cuello y tangas que se llenaban de billetes: el espectáculo no ofrecía sexo, pero sí una revancha para el público femenino.
Socios, traiciones y un crimen a sangre fría
Todo parecía ir sobre ruedas hasta que apareció Nick De Noia, el coreógrafo que llevó el show de Los Ángeles a giras por todo Estados Unidos. Banerjee confiaba en él, pero firmó un contrato sin leer la letra chica: le cedía los derechos de las giras “a perpetuidad”. Cuando De Noia se convirtió en la cara visible de la marca, el ego de Banerjee estalló.
En 1987, Banerjee contrató a un matón para asesinar a De Noia en su oficina. El crimen fue profesional y dejó a la policía sin pruebas durante años. Sin embargo, el odio del empresario no terminó ahí.
Cianuro en el vestuario: el plan más macabro
En 1991, al enterarse de que exbailarines de Chippendales triunfaban con un nuevo show en Reino Unido, Banerjee urdió un plan todavía más escalofriante: asesinar a todos los bailarines inyectándoles cianuro durante la gira.
Para ejecutar la masacre, contrató nuevamente a su matón de confianza, Ray Colón, quien a su vez buscó a un supuesto sicario. Pero este “asesino” era en realidad un agente encubierto de la DEA. El plan fue expuesto y Colón fue arrestado con 46 gramos de cianuro. Poco después, Banerjee fue incriminado gracias a una grabación secreta.
De millonario a reo: el final del creador de Chippendales
Acorralado por la justicia, Banerjee aceptó un acuerdo para evitar el juicio: 26 años de prisión y la pérdida de todos sus bienes. Pero no resistió la caída. En octubre de 1994, se ahorcó en su celda antes de que la sentencia fuera oficializada.
Así terminó la vida de un hombre que, cegado por la ambición y el ego, pasó de ser un pionero del show business a protagonista de una de las historias criminales más insólitas de Hollywood.