Después de 20 meses de tensión y alegatos cruzados, Chevron salió victoriosa en una batalla sin precedentes contra ExxonMobil.
El conflicto giraba en torno al bloque Stabroek, ubicado frente a las costas de Guyana, donde Exxon alegaba tener derecho de preferencia para quedarse con la participación de Hess, que Chevron intentaba adquirir por USD 53.000 millones.
La disputa llegó hasta París, donde el tribunal de la Cámara de Comercio Internacional determinó que ese derecho no aplicaba en el contexto de una fusión empresarial. Así, Chevron recibió luz verde para cerrar su mayor adquisición en años.
El bloque Stabroek no es cualquier terreno.
Se estima que guarda más de 11 mil millones de barriles de petróleo, y su desarrollo podría llevar a Guyana a producir hasta 1,2 millones de barriles diarios para 2027.
Chevron no solo suma reservas valiosas, sino también un impulso estratégico fuera de su zona fuerte en EE.UU. Mientras tanto, ExxonMobil se resigna, aunque no sin expresar su desacuerdo.
Guyana se convierte así en un nuevo epicentro del petróleo mundial, y América Latina observa cómo un pequeño país se codea con los grandes del crudo.