Desde las entrañas del Chorrillo, con dos bebés, un Kool-Aid bendecido y la fe bien plantada, Josephine Forero —mejor conocida como La Beiby Caile— está escribiendo su historia.
No tiene lujos. No tiene comodidades. Pero sí tiene algo que muchas veces falta: valor, corazón y ganas de salir adelante. A sus 33 años, esta panameña enfrenta cada día como una batalla, con dos niños pequeños a los que cría con el sudor de su frente y el amor de madre que le sobra.
“Soy madre antes que mujer”, repite con firmeza. Su vida ha sido una montaña rusa: burlas en redes, pruebas personales y bullying ¿Su respuesta? No rendirse. “Antes que otros me tumben el sueño, yo misma aviso”, dijo con dignidad.
Paradójicamente, La Beiby Caile enfrentó un momento amargo cuando su rostro apareció en una portada falsa de este mismo medio, Mi Diario, vinculándola erróneamente con un caso criminal en Guabalá, Chiriquí. “Ni sé dónde queda Guabalá”, dijo indignada. La publicación se viralizó sin contexto, generando confusión y ataques en redes. Sin embargo, lejos de hundirse, ella misma compartió la imagen con quienes la apoyaban, para evitar malentendidos y demostrar que no tenía nada que esconder. “Prefiero mostrarlo yo antes de que me trunquen el sueño”, aseguró.
Su historia empezó con un video viral que la empujó a los reflectores, pero no se quedó en víctima: la convirtió en plataforma.
Así nació “La Beiby Caile”, personaje público, influencer y emprendedora de corazón, que vende mazorcas, Kool-Aid y ensaladitas de mango “mejores que las de cualquiera”, como ella misma asegura.
En medio de la pobreza, su casa está limpia, ordenada, y los pampers nunca faltan. “No soy perfecta, pero soy la mamá ideal para mis hijos”, confiesa con orgullo.
La Beiby tiene claro que quiere mudarse. Su sueño es sencillo, pero poderoso: un espacio donde sus hijos puedan jugar, correr y dormir en paz, sin que nadie los moleste. Un hogar con privacidad. Un rincón de calma.
“Mi mamá es mi llave sin duplicado”, dice con lágrimas contenidas. La mujer que nunca la dejó sola y que hoy la ayuda con sus hijos mientras ella intenta construir un mejor futuro. Aunque dejó los estudios en segundo año por “mala cabeza”, ahora quiere ser doctora, ayudar a los animales, hacer algo que marque una diferencia.
Sin trabajo fijo, sin lujos, sin títulos, pero con coraje, con calle y con Dios en el pecho, La Beiby Caile es el reflejo de miles de madres panameñas que no se rinden, que se levantan cada mañana con una oración en los labios y la voluntad de luchar por sus hijos.
“Prefiero comer huevo con huevo que perder mi dignidad”, dice con voz firme y lagrimas en los ojos. Ella no pide compasión, pide una oportunidad para seguir brillando. Su mayor sueño es tener una casa en otro lugar para que sus niños tengan privacidad.
Para finalizar la entrevista, nos regaló una canción ya que como dice, le gusta cantar y ser algún día como Anyuri o Baby Karen, solo que en esta canción cantó una alabanza. Si deseas apoyar a esta madre luchadora puedes contactarle al 6561-8655.