La cosa está más caliente que arroz con tuna en día de pago. El misterioso convivio que organizó el presidente José Raúl Mulino con un grupo selecto de diputados sigue dejando más divisiones que acuerdos. Y ahora, las grietas no están solo en la oposición, sino en el propio corazón de la Coalición Vamos.
En pleno hemiciclo, el diputado Eduardo Gaitán no se anduvo con paños tibios y les cantó la tabla a sus compañeros que sí se sentaron a la mesa con el Ejecutivo:
“No disfracemos de interés público lo que es de interés personal. Las acciones de ciertos colegas son incoherentes con los principios éticos de esta bancada. Asistir a un convivio cuya invitación resulta discriminatoria, en base a las alineaciones políticas, genera daños colaterales a quienes no comulgamos con este tipo de acciones poco transparentes. Han cometido los mismos errores que tanto criticaron en el pasado. Muchas veces he dicho que limpiemos Panamá; hoy quiero decirles: limpiemos Vamos.”
“Limpiemos Vamos”: Gaitán le lanza un petardo directo a Bloisehttps://t.co/5jCfUkqkwR pic.twitter.com/m2WClNLtXt
— Mi Diario Panamá (@MiDiarioPanama) April 8, 2025
La pedrada fue directa. Y aunque no dijo nombres, el mensaje le cayó como yuca caliente a Jorge Bloise Iglesias, quien más tarde se defendió en sus redes sociales con un: “Limpiemos Vamos, estoy de acuerdo. Limpiemos Vamos de los que se roban las iniciativas de las compañeras por ‘likes’, limpiemos Vamos de quienes anteponen sus intereses personales por encima de los del país.”
El post fue borrado, pero el fuego ya estaba encendido.
Bloise, en un comunicado aparte, aclaró que su intención al ir al almuerzo fue presentar sus proyectos legislativos. Pero con eso no aplacó a quienes creen que ese encuentro fue más que una reunión social.
Los que sí fueron al Club Campestre El Bramadero en Penonomé fueron: Betserai Richards, Jhonathan Vega, Manuel Samaniego, Jorge Bloise, Carlos Saldaña, Manuel Cheng y Augusto “Tuto” Palacios, a quien incluso le celebraron su cumpleaños. Todo esto, en medio del revuelo por la Ley 462, la polémica reforma a la Caja de Seguro Social, que partió en dos a Vamos: 10 votos a favor y 10 en contra.
El presidente José Raúl Mulino intentó calmar las aguas con una declaración en su cuenta de X: “Ante tanto revuelo, el almuerzo de mañana es una invitación personal a los 48 diputados que apoyaron con su voto la ley de CSS. No hay más nada y será estrictamente social en un restaurante de Penonomé.”
Pero en política, hasta el café tiene subtexto. Y en este almuerzo no faltaron los ingredientes para el enredo: roces, egos, y viejas heridas que no terminan de sanar.
Entre tanto, MOCA también levanta la voz. Lombana exige explicaciones claras y advierte que sus diputados deben decidir si están con la oposición o con el gobierno. Pérez Barboni, de ese bando, también asistió al almuerzo pese a que había dicho que no lo haría.
La oposición está como patio limoso: cada quien jalando por su lado, los ideales chocando con los intereses, y la ciudadanía viendo cómo el discurso del cambio se tambalea entre convivios, likes y reproches públicos.
Y si alguien faltaba por echar leña al fuego, fue Juan Diego Vásquez, uno de los rostros más conocidos de la Coalición Vamos, quien lanzó una advertencia sin maquillaje: “Los que fueron deben rendir cuentas. En cinco años jamás fui a convivios con el Presidente. Si es por el país, deben estar todos los diputados.”
Mientras tanto, el país sigue esperando explicaciones. Porque más allá del pastel de cumpleaños, lo que se cocinó en Penonomé huele a grieta.