Desde su estreno el pasado 13 de marzo, Adolescencia ha sido una de esas sorpresas que incendian Netflix sin previo aviso. Con su innovador formato en plano secuencia y una historia íntima que ha resonado en millones de espectadores, la serie acumula 114,5 millones de visionados en menos de un mes y ya es la cuarta más vista en inglés en la historia de la plataforma.
Pero si algo sorprendió al público además de la impecable técnica de rodaje, fue ver el nombre de Brad Pitt entre los créditos. ¿Qué hacía ahí? La respuesta es simple: su productora Plan B Entertainment, la misma que impulsó éxitos como 12 años de esclavitud y Érase una vez en Hollywood, también apostó por esta arriesgada historia británica protagonizada por Stephen Graham, quien además es cocreador junto a Jack Thorne.
Ahora, según informa Deadline, Pitt quiere más. Su equipo ya está en conversaciones con Graham, Thorne y el director Philip Barantini, el cerebro detrás de los cuatro imposibles planos secuencia que mantienen a la audiencia sin pestañear. El objetivo: desarrollar una segunda temporada que expanda el universo de Adolescencia sin traicionar su esencia emocional, local y cruda.
Aunque aún no hay confirmación oficial, todo apunta a que el formato podría virar hacia una serie antológica, donde nuevos personajes y realidades sigan explorando los dilemas adolescentes con la misma intensidad que la primera entrega. Y es que las cifras hablan por sí solas: si la tendencia continúa, Adolescencia podría superar en breve a Dahmer (115,6 millones) y quedar solo detrás de pesos pesados como Stranger Things (140,7 millones) y Merlina (252,1 millones).
Desde Plan B, Dede Gardner y Jeremy Kleiner aseguran que mantendrán su lealtad a los creadores originales, convencidos de que una historia pequeña pero bien contada puede romper fronteras. Y en eso, Adolescencia ha dado cátedra.