La Maratón de Boston es una prueba llena de historia, prestigio y que recibe con los brazos abiertos a los mejores exponentes de este deporte.
Este año, en la edición 129 de esta maratón, la más antigua del mundo, Diana Rodríguez y César Barrios formaron parte de los competidores que aceptaron este reto y que catalogaron como una gran experiencia. Es que la Maratón de Boston forma parte de los majors junto a la de Chicago, Nueva York, Londres, Berlín y Japón.
“Recibes mucho apoyo de los fanáticos y nunca te sientes solo. Es una ruta que además de las bajadas tiene muchas subidas. Es una experiencia inolvidable”, dijo Rodríguez, quien terminó la prueba con un tiempo de 03:17:27.
De igual forma es para Barrios, que la considera una carrera que tiene su propia magia y eso hace que sea atractiva para muchas personas.
“Para nosotros es la Olimpiada, es inolvidable, única. Es una carrera que tiene su propia magia. Me impresionó la cantidad de personas en el recorrido. Tengo la experiencia de haber corrido en Berlín y Chicago. En esta carrera, durante todo el trayecto, hay personas apoyando y toda la ciudad volcada”, mencionó Barrios, quien cubrió el recorrido en 03:27:24.
Uno de los momentos más emblemáticos de la Maratón de Boston es la colina llamada “rompecorazones”, que se convierte en un gran desafío para los más expertos.
“La rompecorazones está aproximadamente en el kilómetro 32, pero no solo es eso, ya que previo hay unas colinas para llegar a la rompecorazones. Le dicen así porque cuando llegas puedes estar lo más exhausto en el recorrido. Hay demasiada gente en esa zona, apoyando con el nombre y la bandera de los participantes. Es el punto clave de la carrera”, expresó Barrios, quien junto a Rodríguez forman parte del Expreso Runners, del entrenador Franklin Castillo.
Precisamente, ese apoyo lo recibió Rodríguez cuando gritaban “Panamá”, en ese punto que es uno de los puntos más determinantes de la carrera.
“Llevaba en la camiseta el nombre de Panamá en grande y muchas personas lo gritaban. Eso me llenaba de demasiado orgullo. Eso me llenaba de fuerzas para seguir y terminar”, manifestó Rodríguez, tuvo una preparación de tres meses para esta prueba.
Estos dos corredores panameños experimentaron uno de los momentos más importantes como deportistas, al momento de acercarse a la meta y recorrer los últimos metros del trayecto de los 42.195 metros.
“Me acordé mucho de Panamá, por un puente subterráneo, y cuando lo pasas viene la recta de la final. Vienes cansado, pero eso te inspira para darlo todo”, recordó Rodríguez con mucha emoción.
Con la misma efusividad, los revivió Barrios cuando vio a lo lejos la meta.
“La recta de la meta fue impresionante, porque haces un giro a la izquierda y cuando visualizas al fondo ves el marco de la meta. Todas las personas que están ahí, te erizas. En mi caso fue llegar, mirar, levantar la mirada al cielo y dar gracias a Dios por estar ahí”, finalizó.