¡Atención, lunáticos y cazadores de cielos despejados! Julio llega con uno de los espectáculos astronómicos más esperados del año: la famosa Luna del Ciervo. Un fenómeno que no solo hipnotiza por su belleza, sino que también guarda una historia curiosa detrás de su nombre.
¿Por qué se le dice Luna del Ciervo? No es casualidad ni capricho. Este apodo viene de los pueblos indígenas de Norteamérica, quienes observaron que en esta época del año los ciervos machos comenzaban a desarrollar sus nuevas astas. Por eso, la primera luna llena del verano quedó bautizada como tal, marcando una tradición que ha perdurado por generaciones.
Este 2025, la Luna del Ciervo alcanzará su punto más cercano a la Tierra mañana miércoles 10 de julio a las 22:37 (hora peninsular). Así que ya saben: ¡miren al cielo! Pero si eres de los impacientes, esta misma noche del 9 de julio ya se podrá ver con un 98% de luminosidad, lo cual significa que no hay que esperar mucho para disfrutar del espectáculo.
El mejor plan para disfrutarla: salir de la ciudad y buscar un sitio sin tanta luz artificial. Entre menos contaminación lumínica, mejor se verá la Luna en todo su esplendor. Nada de ver el cielo desde el balcón del apartamento con las luces del edificio encima.
Y como si esto fuera poco, julio también trae otra joya astronómica: el inicio de la lluvia de Perseidas, ese desfile de estrellas fugaces que arranca el 17 de julio y se extiende hasta mediados de agosto. Aunque su punto más alto será en agosto, con la famosa “lluvia de San Lorenzo”, desde ya vale la pena ir preparándose para lo que viene.
Además, el calendario lunar de este mes está cargado:
18 de julio: Cuarto menguante bajo Aries (2:37 a.m.)
24 de julio: Luna nueva bajo Leo (9:11 p.m.)
Y un dato extra para los más nerds del espacio: el pasado 3 de julio la Tierra alcanzó su afelio, es decir, su punto más lejano del Sol, a unos 152 millones de kilómetros de distancia. Aunque no se note, estamos más lejos del Sol que en cualquier otro momento del año.
Así que ya lo sabes: esta noche y mañana, el cielo tiene función. No hay excusas, saca la cámara, prepara el termo con café y apunta la mirada al cielo. La Luna del Ciervo no espera… y tampoco perdona a los que se la pierden.