Lo que empezó como una vida llena de conquistas femeninas, terminó para muchos, en los brazos de otro hombre. Así lo revela un estudio conjunto entre la Universidad de Hawái y la Universidad Estatal de Nueva York que dejó a más de uno con la boca abierta (y no precisamente de sorpresa romántica).
Los investigadores analizaron el comportamiento de cientos de hombres que se autodefinen como heterosexuales, con historial de múltiples parejas femeninas. ¿El hallazgo? Una parte significativa de ellos admitió haber tenido relaciones con otros hombres... y lo más interesante: ¡sin que eso los identifique como homosexuales!
La explicación no va por el lado de la orientación sexual, sino por lo que los expertos llaman una necesidad profunda de validación emocional y sexual. Es decir, estos “mujeriegos empedernidos” no buscan solo placer, sino sentirse deseados, valorados… y a veces, entendidos por alguien que “habla su mismo idioma”.
Según el estudio, en muchos casos, lo que buscan no es una mujer, sino la seguridad emocional que solo otro hombre les brinda. Un giro inesperado que pone en jaque al estereotipo del “don Juan de barrio”.
Así que, antes de juzgar, mejor entendamos: detrás de tanto ligue, puede haber un corazón confundido... o simplemente una búsqueda distinta del amor y la aceptación.