Entre los muchos misterios del mundo mágico de Harry Potter, uno de los más intrigantes para los fanáticos ha sido siempre la considerable fortuna que Harry hereda y que se guarda en su bóveda en Gringotts. Desde su primera visita al banco de los magos junto a Hagrid en Harry Potter y la piedra filosofal, queda claro que Harry no tendrá que preocuparse por el dinero durante sus años en Hogwarts. Pero, ¿de dónde proviene exactamente esa riqueza?
La herencia familiar
La fuente principal de la fortuna de Harry Potter es la herencia de la familia Potter. Los Potter son una antigua familia de magos que acumuló riquezas a lo largo de generaciones. Aunque no eran parte de las familias más tradicionalmente ricas como los Malfoy, los Potter sí se distinguieron por ser innovadores, exitosos y por tener un legado limpio de sangre (es decir, eran sangre pura, pero no se jactaban de ello ni eran elitistas).
El verdadero origen de la riqueza se remonta a un ancestro: Fleamont Potter, el abuelo de Harry. Fleamont hizo una fortuna considerable en la industria mágica cuando inventó un producto revolucionario para el cuidado del cabello: Sleekeazy’s Hair Potion, una poción para alisar y controlar el cabello rebelde. Su éxito fue tal que Fleamont pudo vender la empresa por una gran suma de dinero justo antes de jubilarse. Esa venta cimentó la fortuna familiar.
Tras la muerte de Fleamont y su esposa Euphemia (que murieron de viruela del dragón antes del nacimiento de Harry), su hijo James Potter, padre de Harry, heredó toda la fortuna.
James Potter, aunque joven, no tenía necesidad de trabajar gracias a la riqueza heredada. Tras su trágica muerte a manos de Lord Voldemort junto con su esposa Lily, toda la fortuna de los Potter pasó a Harry, quien entonces era apenas un bebé. La bóveda de Gringotts quedó bajo custodia hasta que Harry pudiera acceder a ella.
Por su parte, Lily Potter, nacida Evans, provenía de una familia muggle, sin riquezas mágicas o legado económico. Por tanto, su contribución a la fortuna de Harry fue más sentimental que financiera.
Vale la pena mencionar que tras la muerte de Sirius Black, el padrino de Harry Potter, este heredó todas sus posesiones, incluida la casa en el número 12 de Grimmauld Place, en Londres.
Además, J.K. Rowling confirmó en entrevistas que, tras la derrota de Voldemort y con el tiempo, la fortuna de Harry seguiría siendo cómoda, aunque elegiría llevar una vida relativamente modesta como jefe del Departamento de Seguridad Mágica.