En Fort Collins, Colorado, Estados Unidos los vecinos andan con la boca abierta y el celular en mano, grabando a unos conejos silvestres que parecen sacados de una película de terror. El motivo: extrañas masas negras en sus caras, que algunos describen como “tentáculos” o “cuernos”.
Las imágenes se han vuelto virales y ya les pusieron apodos como “Frankenstein bunnies”, “zombie rabbits” y hasta “conejos alienígenas”.
¿Qué tienen estos pobres animales?
Según confirmó Colorado Parks and Wildlife, no se trata de una mutación extraterrestre, sino de una enfermedad conocida como papiloma de Shope, un virus que provoca tumores de queratina que pueden crecer tanto que parecen antenas o garras.
Este virus solo afecta a conejos —tanto silvestres como domésticos— y no es peligroso para humanos ni otras mascotas. Sin embargo, si tu conejo vive en zonas con mosquitos o garrapatas, podría contagiarse.
¿Cómo se transmite?
La cosa viene por las picaduras de insectos como mosquitos, pulgas y garrapatas, sobre todo en verano. Una vez infectado, el animal desarrolla estas protuberancias que, en la mayoría de los casos, desaparecen solas. El problema es cuando crecen tanto que le impiden comer o ver.
Del mito a la realidad
Los expertos dicen que esta rara enfermedad pudo inspirar la leyenda del jackalope, ese conejo con cuernos que aparece en postales del viejo oeste estadounidense. Y ojo, también ayudó a los científicos a entender cómo algunos virus pueden provocar cáncer en humanos.
Por ahora, las autoridades recomiendan no acercarse ni tratar de “rescatar” a estos conejos. Mejor grabar desde lejos… y subirlo a redes, que para eso somos curiosos.