El reconocido cantautor panameño Rubén Blades expresó su descontento ante la reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Panamá, que autoriza a José Raúl Mulino a participar en las elecciones presidenciales del próximo 5 de mayo. En su columna “Apuntes desde la esquina” publicada en su sitio web, Blades articuló su crítica en tres puntos clave.
Primero, Blades considera que la conclusión de la CSJ es incorrecta y sostiene que Mulino debería haber sido inhabilitado para la candidatura presidencial. El fallo, según él, “debe resultar trágico para todo ciudadano decente en Panamá”, reflejando una profunda preocupación por las implicaciones de este en el ámbito político y social del país.
En segundo lugar, el artista sugiere que el fallo fue influenciado por presiones externas que “nada tienen que ver con la democracia y el pueblo”. Blades no detalla las fuentes de estas presiones, pero su comentario implica una crítica aguda hacia los procesos judiciales y políticos en Panamá.
Además, Blades se muestra escéptico respecto a las posibilidades de Mulino en las próximas elecciones, a pesar de las encuestas que lo sitúan con una ventaja significativa. “Considero que Mulino no va a ganar”, afirmó, subrayando una desconexión entre la percepción pública y los resultados proyectados.
La CSJ había declarado que no es inconstitucional el nombramiento de Mulino como candidato presidencial de los partidos Realizando Metas (RM) y Alianza, sustituyendo a Ricardo Martinelli, quien fue condenado por blanqueo de capitales en el caso New Business y actualmente se encuentra asilado en la Embajada de Nicaragua.
Blades concluye su intervención con una declaración contundente sobre el significado más profundo de esta elección para la nación.
“Si nuestro electorado escoge como presidente al testaferro de un corrupto en una elección libre, entonces pónganle a nuestra República un letrero que diga: Se vende, País Portátil y dejemos la pretensión de ser patriotas”, expresó.
“No importa el porcentaje que obtenga el candidato Mulino, preferir como presidente al representante directo de un prófugo condenado por corrupto es pronunciarse a favor de la trampa como razón de vida y abrazarse con la corrupción, públicamente. Un pueblo auto condenado por no aceptar la verdad”, concluyó.